
Cada nueva generación sufre más que la anterior para comprar una vivienda: la explicación a esta dura realidad.
¿Vivimos mejor que nuestros padres? Esta es una pregunta que se hace casi todo el mundo en algún momento de su vida. Parece evidente que pese a las crisis y recesiones, la economía avanza, aunque sea de forma lenta, y genera un aumento del poder adquisitivo, que nos permite disfrutar de una mayor (o de mejor calidad) cantidad de bienes y servicios: ropa, tecnología, ocio, viajar (antes del covid)… Pero, ¿qué pasa con la vivienda? La compra de una casa suele ser la mayor inversión de nuestras vidas y hacerlo es cada vez más costoso. El esfuerzo y la dificultad para acceder a una vivienda aumenta en cada generación, según revela un estudio del Banco Central Europeo (BCE). (www.eleconomista.es)